La presencia de cóndores cercanos a caminos y poblados aumenta durante esta
época del año.
El Servicio Agrícola y Ganadero de la región de Aysén hace un llamado a la ciudadanía a
que, ante la presencia de cóndores a orillas de camino, en laderas de cerros o en rocas
en la ribera de lagos no acercarse a ellos, pues corresponde a un comportamiento
habitual de esta especie durante los meses de invierno cuando aumenta la presencia de
corrientes frías. Solo si el ejemplar presentara algún tipo de herida o manifestara dificultad
para desplazarse es necesario contactar al SAG.
Es importante recordar que el cóndor andino (Vultur gryphus) es una especie protegida
por la Ley 19.473 y su reglamento, por lo cual su caza y captura se encuentran
prohibidas. Quien infrinja esta norma comete un delito y se expone a penas que van
desde multas a presidio.
El cóndor se caracteriza por ser la tercera especie de ave de mayor envergadura a nivel
mundial, pues puede llegar a pesar hasta 15 kilos y sus alas extendidas llegan a medir
hasta tres metros, lo cual les permite planear sin problemas gracias a las corrientes de
aire.
Los padres crían a sus hijos hasta los dos años y su aprendizaje de vuelo se inicia
alrededor del año, practicando junto a ellos. Es durante este proceso que, en ocasiones,
toman corrientes descendentes frías, las que se dan frecuentes en esta época del año,
por eso se pueden avistar con mayor frecuencia.
Así lo explica el encargado regional de Recursos Naturales Renovables del SAG,
Guillermo Díaz Parada, describiendo algunos de los comportamientos de los cóndores
durante la época invernal y que se deben tener en consideración al momento de
encontrarse con un ejemplar:
Si el ave camina en forma normal y sin alteración a orilla de camino es muy
probable que esté buscando el lugar adecuado para emprender el vuelo mediante
una corriente de aire.
Si el cóndor está posado a media ladera o en una roca, se encuentra esperando
una corriente de aire para elevar vuelo.
Ante este tipo de avistamientos se debe mantener una distancia mínima de 10 metros, no
acercarse para fotografiar o tocar al animal, ya que se deben evitar todas las conductas
que pueden generarle algún nivel de estrés, y contactar al SAG solo en caso de que el
ave esté herida o presente algún daño corporal.