La senadora de Aysén, Ximena Ordenes, solicitó este miércoles que la Superintendencia de Servicios Sanitarios y el Ministerio de Obras Públicas entreguen información sobre el estado de las tuberías de asbesto en la Región de Aysén construidas antes del 2002 y conocer si existe un plan de retiro de tales trazados, como apoyo a la campaña ciudadana levantada para alertar a la comunidad sobre los riesgos a la salud que provoca el asbesto.
En el marco de la hora de incidentes del Senado, Ordenes dijo que, a nivel nacional, el 28% de las infraestructuras de producción de las redes de agua potable son de asbesto y que, mayoritariamente, son anteriores al año 2002, pese a que en el año 1977 la Organización Mundial de la Salud clasificó al asbesto como un elemento cancerígeno.
Debido a ello, la senadora Ordenes solicitó al Senado oficiar “a la Superintendencia de Servicios Sanitarios y al Ministerio de Obras Públicas para conocer el tiempo de instalación de estas tuberías de asbesto, las condiciones actuales de la red de abastecimiento y distribución, y si existe o no un plan oficial de retiro de las mismas”
“Asimismo, quiero solicitar otro oficio dirigido al Ministerio de Salud para que informe sobre instrucciones a nivel nacional que establezcan medidas de protección que deben cumplir los trabajadores que realicen los recambios de tuberías de asbesto”, señaló.
En su intervención, Ximena Ordenes aseguró que “el camino hacia la erradicación del mismo no ha sido rápido. En Chile se utilizó sin mayores restricciones hasta el año 2001 cuando se dictó el Decreto Supremo N° 656 del Ministerio de Salud, el cual restringió y reguló su uso”.
“Por ello, a más de 21 años de la dictación del Decreto, la población sigue expuesta a este material pues se encuentra presente en centenares de construcciones, a veces tan relevante como el de distribución de agua potable”, indicó la parlamentaria.
Agregó que la reposición y cambio de material solo se realiza una vez que la tubería presenta fallas o bien cumplen con su vida útil, ya que no existe obligación sanitaria de cambiar las tuberías existentes que se encuentran en correcto funcionamiento. Una vida útil que en buenas condiciones de conservación no sobrepasa los 40 años.
“El riesgo -explicó la senadora- se encuentra en que cuando el asbesto se fractura, desprende polvo, constituido por fibras muy pequeñas de distintas longitudes que –si son inhaladas o ingeridas- se alojarán en los pulmones o en el estómago, donde pueden ocasionar irritación que, a su vez, puede provocar un mesotelioma”.
Ordenes añadió que, “en la región de Aysén, las tuberías que se encuentran en las ciudades más importantes sobrepasan los 50 años y con ello su vida útil. Al año 2018 la Superintendencia de servicios sanitarios informaba que el 44,4% de la red de tubería de Aguas Patagonia de Aysén correspondía a asbesto”
“E, incluso -dijo la parlamentaria- conforme a información entregada el 2019 el porcentaje de redes de distribución de asbesto cemento alcanza un 84% de Balmaceda y Puerto Ibáñez. Y en el caso de Coyhaique que tiene la longitud más grande de la región, un porcentaje de redes de abastecimiento que alcanza un 44,7%”.
La senadora Ximena Ordenes aseguró que “lo cierto es que, si bien agradecemos el impulso ciudadano en esta materia, esta situación de riesgo social y ambiental no puede quedar al impulso ciudadano: es nuestro deber como órganos del Estado el de dar garantía al derecho a la salud y a vivir en un medio ambiente libre de contaminación a quienes habitan en nuestro país”.