Dado que, a la fecha, la región de Aysén presenta una compleja situación climática con
temperaturas bajo cero, lo que hace años en la región no se presentaba, con presencia
significativa de escarcha y nieve, condiciones que estarán presente por varios meses y que
afectará a los pequeños campesinos y sus familias referido a la productividad ganadera
tanto ovino como bovino.
Desde que se declara situación de emergencia agrícola el 16 de Marzo 2022 por parte del
Ministerio de Agricultura para la Región de Aysén, específicamente para algunas comunas
como Coyhaique, Lago Verde, Rio Ibáñez, Chile Chico y Cochrane, donde se alerta del
déficit hídrico y por consiguiente la baja en la productividad agrícola, lo que claramente
se observa en cada una de las comunas, se hace necesario identificar el efecto negativo
que al día de hoy está presentando la Provincia Capitán Prat, reflejado en el alza de los
alimentos para el ganado y una preocupación latente en el futuro que deberán enfrentar
los campesinos para la subsistencia de sus animales.
La mayoría de los pequeños productores de la actividad ganadera, han tenido que lidiar
por muchos años contra diferentes factores como aislamiento, conectividad,
depredadores naturales y además de la gran lucha contra los perros asilvestrados, algunos
de estos factores hasta el día de hoy sin solución, donde gran parte de los pequeños
productores han preferido vender o deshacerse de sus animales para no ver el trágico
final de un rubro que día a día es más difícil de mantener.
El Ministerio de Agricultura representado en la Región por la seremi de agricultura y en las
provincias por INDAP, si bien entregan diferentes ayudas, esto no es suficiente debido al
constante alza combustibles, por ende, en el transporte de los alimentos para las comunas
mas aisladas de la Región, los créditos que ofrece INDAP no reflejan la necesidad integral y
la verdad no son la solución para mitigar un efecto que será devastador para la producción
ganadera de las familias de la Provincia Capitán Prat.
Esperamos que las ayudas del Gobierno y por parte de las autoridades locales de turno
sean oportunas y con gestiones estratégicas, las que se anticipen a las contingencias que
involucran a las familias de una provincia que requiere de un trato especial y una mirada
descentralizada, donde los recursos deben ser integrales, causando un impacto positivo
en el campesinado.